miércoles, 21 de abril de 2010

Comunicación Política, desde el sujeto comunicador al proceso de comunicar

 
Luego de que durante la década del ´80 y del ´90 la discusión sobre la administración pública versara acerca del Estado, su crisis fiscal, su tamaño y sus formas de afrontar nuevos desafíos, parece surgir en el comienzo de este nuevo milenio un debate que va más allá de las cuestiones de específica índole estatal y gubernamental y se enlazan con temáticas relativas a la sociedad en su conjunto. En esa línea, se afirma que las perspectivas que sobresalían en décadas recientes ubicaban a la sociedad en un papel menor en la tarea de gobierno.

De ese enfoque centrado en el Estado se fue avanzando hacia otros en los cuales la característica sobresaliente es que hay vida más allá del Gobierno (Aguilar; 2000 citado en Natera; 2004), significando esto que ante el aumento de la complejidad, la diversidad y la fragmentación de la sociedad y de las estructuras político-administrativas, se torna necesario una forma de conducción de la sociedad menos jerárquica y más inclinada hacia la coordinación de fuerzas. Este fenómeno fue abordado a través del concepto de Gobernanza.

En lo que respecta a las políticas públicas, la gobernanza se ha traducido en diversos esquemas de hechura de políticas surgiendo conceptos como redes, co-gestión, concertación público-privada, y demás materializaciones que, en el fondo, traen la idea de que el Estado cambia su rol en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas, revalorizándose de modo especial sus capacidades en lugar de sus poderes formales y confiándose en mayor medida en los métodos más o menos sutiles de acuerdo, en vez de los instrumentos puramente coercitivos.

De muchos estudios sobre políticas públicas se desprende aleccionadoramente que sería más inteligente organizarse y actuar según las características específicas de las situaciones problemáticas y las expectativas de los ciudadanos.

En un contexto que denominamos como gobernanza las políticas públicas asumen ciertas características y la gestión de la comunicación de las mismas puede observarse como un fenómeno de estudio que aspire a profundizar el campo de vínculos y teorizaciones cruzadas entre el ámbito de la comunicación y el de la ciencia política.

Para ello, es común usar una definición de comunicación política que la conceptualiza como el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y que son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos. (Wolton; 2005).

Lo que interesa destacar en el presente artículo es que el rol fundamental lo tiene uno de esos actores, el político, en su rol de hacedor de políticas a través de la administración de la entidad estatal. De esta manera cabe enfocarse en la comunicación gubernamental, la cual se entiende como un esfuerzo por conseguir mejores condiciones para la realización de las diferentes políticas públicas y como un proceso de articulación y de selección de decisiones entre comunicaciones democratizadoras, electorales y de gestión.

Este marco analítico es el punto de partida para abordar la cuestión de la gobernanza en Gobiernos como el de la Ciudad de Buenos Aires en la cual pueden verse esbozos, será el desafío de quienes queremos hacer y ver una mejor Buenos Aires trabajar en pos de lograr una mayor participación en la implementación y comunicación de las políticas públicas.

Por Lic. Ezequiel Ávila
Juventud Proyección Federal